Europa, allá vamos

Hace unos días publiqué un post acerca de lo importante que es mantener la ilusión en este trabajo, porque todo en él parece estar diseñado para que la pierdas, y tengo que reconocer que yo la he llegado a perder en los últimos meses.

¿Y qué me hace ilusión? Pues lo tengo muy claro, trabajar en una empresa extranjera, una buena empresa, que sepa hacer las cosas y que haga juegos de verdad, juegos para que la gente se divierta, no para que se queden enganchados gastando su dinero y su tiempo absurdamente.

Eso es lo que quiero y estoy en posición de hacerlo, porque tengo un buen nivel de Inglés, disponibilidad para desplazarme y dinero suficiente para cubrir los gastos iniciales.

Y sé que cuando llegue allí nada será como imaginaba, que me tocará un jefe imbécil, que será todo mucho más cutre de lo que creía, que me costará encajar o que no encajaré en absoluto y que, con suerte, duraré unos meses y volveré con una mano delante y otra detrás.

¡Y qué! Es mi vida. Voy a ir a por ello.

Aunque sea para que me partan la cara.